Causas:
En
el contexto de la Reforma protestante, numerosos Estados imperiales
habían adoptado el luteranismo, lo que proporcionaba a sus príncipes
un decisivo poder contra el predominio, más teórico que real, del
emperador, que apoyaba el catolicismo desde sus bases en los Estados
de los Habsburgo, dentro y fuera de Alemania (archiducado de Austria,
reinos de Hungría y de Bohemia, Flandes, restos del Estado Borgoñón,
la Italia española y los extensos territorios de la Monarquía
Hispánica, tanto en la Península Ibérica como en el Nuevo Mundo).
Protagonistas:
·Carlos
V en Mühlberg.
·Juan
Federico I de Sajonia.
·El
duque de Alba.
·El
landgrave Felipe I de Hesse.
·Mauricio
de Sajonia.
·Enrique
V de Brunswick.
Consecuencias:
La
guerra terminó aparentemente con la victoria del bando católico en
la batalla de Mühlberg, que permitió al emperador imponer una
solución al conflicto en el Interim
de Augsburgo (1548); pero las
hostilidades se reanudaron en 1552 (la denominada Guerra de los
Príncipes) y el resultado final fue el reconocimiento de la potestad
de los príncipes alemanes de imponer su religión a sus súbditos
(Paz de Augsburgo, 1555).